La cruz indica con precisión el lugar por donde entra el pecado en la vida de Ivana Nadal: ese pavo espera ser crucificado! |
La pose parece sacada de un póster promocional de “El Ojete Endemoniado”, película porno protagonizada por Ivana Nadal: al enterarse que el papa es argentino, una panelista de televisión se da cuenta que su insaciable apetito por la japi es resultado de una posesión demónica de la que sólo puede librarse si le clavan un crucifijo en el orto. “Espero que la producción no despierte polémicas o parezca una falta de respeto” se ataja la morocha panelista de Tiempo Extra, “la pasé muy bien haciendo las fotos.” La morocha dice que no es de ir a la Iglesia, pero confiesa que el sexo
es para ella una experiencia casi religiosa. “Para mí el sexo es un tema divino” explica la morocha, “soy muy fogosa pero me gusta que el sexo se de en situaciones especiales y no todo el tiempo porque sino se hace cotidiano.” Es que la morocha en la cama observa ciertos rituales de putez. “Me gusta cuando el sexo sale de la nada pero más todavía cuando se planea bien” confiesa la morocha de TyC Sports, “me gusta preparar todo para estar predispuesta porque soy pasional pero tengo mis tiempos.” Y tiene sus fantasías también, como que la crucifiquen de un pijazo en la vía pública. “Hacerlo en la calle es algo que siempre me pasó por la cabeza” dice Ivana sabiendo que también va a pasar por
la tuya, “me gusta variar los lugares y no sé si voy a poder hacerlo, pero la idea es pura adrenalina.” Pero si en vez de hacerle ver la cara de dios en plena avenida preferís exorcizarle el ojete en su cuarto como si fuera Linda Blair todo bien, a Ivana también le gusta pecar en privado. “Debajo de las sábanas no hay límites, lo que se dá, se dá todo” dice la morocha de las cachas endemoniadas, “no es fácil entregarse por completo pero si entro en confianza está todo permitido.”
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