Carolina Ardohaín, esa pampa húmeda

Pampita vuelve en las fotos de Las Chicas de Bailando por un Sueño, un refrito de la revista Hombre que nos hizo levantar el baneo que pesaba sobre la petisa por traición y volver a darle un lugar. Ahora falta que Carolina Ardohain te devuelva el favor dejándote cabalgar sobre esa pampa bien húmeda. Un clásico argentino.

Pampita dice que las tetas le crecieron cinco centímetros luego de ser mamá y se nota.

APampita la teníamos baneada de Notiblog porque sentimos que pasar al otro lado de la cordillera también cambió de bando. Al abrir Pampa sus entrañas a esperma extranjero de la peor calaña cometió alta traición a la Patria, un delito punible con violación colectiva a perpetuidad y petes forzados. Bajo el principio jurídico “lex dura pija”, Pampita tendría que haber cumplido reclusión domiciliaria perpetua en un bulo de Capital y dejarse coger por cada uno de los argentinos que desilusionó, de uno en fondo en fila por número de documento, cada pibe mínimo dos polvos. Habría sido un castigo merecido por haberse escapado con un zapato trasandino que la va de langa pero es impresentable. Pero la carne nuestra es tan débil como dura es la de Carolina Ardohain, y la rigidez de la sentencia se fue ablandando al tiempo que se endurecía la garcha. Es que al ver nuevamente esas tetas turgentes, ese clásica pancita chata que invita a seguir bajando a lengüetazos y la sutil pero demoledora empanadita de carne que se forma en la bikini, te das cuenta que es al pedo resistir: siempre se vuelve al primer amor, la vieja calle donde el eco dijo Pampita volvé y abrite de cantos que si te dejás hacer la cola te levantamos el baneo! Pero ni siquiera tenemos el gusto de saber si alguna vez la pampa estuvo embarrada, si la turra entrega la cola. “Si hay un tema del que nunca hablo es sobre sexo”, dice Pampita lapidaria, “de eso nunca nada”. Increíble que la mujer que terminó al tope de todas las encuestas como la más deseada por los argentinos no largue prenda, o quizás ese es justamente el secreto, nunca mostrar nada. “Lo más que puedo decir es que en mi vida privada soy una chica normal”, dice Carolina, “no me creo una femme fatale ni mucho menos”. Pero las humildes palabras contrastan con el terrible lomazo de Pampa que no sólo salió indemne del primer embarazo, sino que mejoró al agregar cinco centrímetros de gomas. “Ojo que al mes exacto de tener a la gorda empecé con el gimnasio”, dice Pampita revelando el secreto del milagro, “todos los días hacía 600 abdominales, pesas para los brazos y piernas, mucha cinta y bicicleta, y 300 estocadas para glúteos”. Y sí, quién pudiera hacer esa “tocada de glúteos” que es lo mínimo que merece esta bestia de cortos 1.68 metros de altura, que reconoce que le “hubiera gustado nacer alta y flaca”. Pampita guarda silencio sobre sus hábitos eróticos, pero da alguna pista al confesar que es “re machista, porque me gusta que sea el hombre el que avanza y conquista. Tiene que sentir que es el hombre, porque sino se trastoca todo.” Así que ya sabés, si querés que cabalgar por una Pampa húmeda, “no olvides el látigo” como decía Nietzsche. “En el amor y en la guerra vale todo”, te recuerda Carolina, “pero yo creo que todos tienen límites y por supuesto yo tengo los míos”. Y guarda que por lo que sugiere ella misma si escuchás con atención, parece apuntar a que no entrega la cola, y cuando le repreguntan contesta “no comment”. No habla bien de Barrantes (que parece va para atrás) y tampoco del innombrable actual si es que tiene la cola sin hacer. Porque a pesar de haber dicho en España que las sudamericanas son hermosas “porque tenemos una personalidad fuerte y sangre caliente, asi que se siente mucho mas comoda y desinhibida con su cuerpo”, Pampita se confiesa friolenta. “Lamento derribar el mito”, dice sin anestesia, “pero la verdad es que duermo con pijama largo y medias porque soy muy friolenta”. Y según explica, no es que la pampa esté seca sino que “para mí la seducción no pasa por una pose, o una interpretación. No me gusta estar muy maquillada ni producida porque soy súper natural”. Y naturalmente está para matarla. Abran Pampa para este pingo carajo!

Pampita se tira boca abajo como esperando que vayas y la convenzas de que por más “límites” que tenga y “natural” que sea, no existe que una de las colas más deseadas del país esté invicta como parece surgir de sus dichos. Hay que embarrar la pampa!