“Fantaseo con chicas” dice la jujeña picoteando a Ritó, “mis amigas son muy perrunas.” |
Son varias las zonas de Bernal que están para la matanza: una boca que de tan petera no parece real, turgentes tetas turqueras y una ventanita del amor con cortinas de bife tan abundantes que patean la bombacha negra hacia afuera como un gato que quiere salir de la bolsa. Y eso es solamente viéndola abierta de gambas en el sillón con el dedito en la boca, porque si Gisela se para la tuya de seguro también — tiene un ojete de esos que anuncian la dueña no es ninguna intelectual. “Lo único que leo es el horóscopo, soy de géminis” dice para que no pierdas el tiempo tratando de iniciar o mantener una conversación que tenga sentido y tiene razón, porque ese orto no es para usar el neocortex sino el fornix: clavala por el orto y hacela girar como un molinete con la garcha como eje contra el placard. “Me gusta que me dominen” dice Gisela con esa carita que parece sacada del sueño erótico de un dibujante japonés, “me gusta jugar a la sometida inocente, aunque depende de la situación y la gente.” Pero no dejes que su carita de nenita de animé te engañe, Gisela Bernal es un corchito erótico que puede saltar en cualquier momento. “A veces me
gusta ir yo al frente y tener el control” confiesa la petisa, “hay personas con las que saco mi lado salvaje.” Es que la putez es contagiosa, y Gisela anda en muy mala compañía. “Cinthia Fernández es mi amiga y me contagió la costumbre de usar hilo dental” dice la petisa, que también se junta con otra petisa todavía más peligrosa. “También soy amiga de Ritó” confiesa Gisella, “y cada tanto nos damos unos besos.” Y como además de malas compañías
la petisa hace temporada en Mina Clavero Cuando la petisa saca el lado salvaje se pone golosa y le dan ganas de comerse una rica torta. “La verdad que tengo fantasías con mujeres” confiesa Gisela, “me gustaría tener algo con una mina onda Rocío Guirao Díaz.” Y como a Guirao le gusta más la torta que el salamín de Paladini, la invitó a sumarse al Arcoiris de Rocío, que con la dirección de Reina Reech tiene un musical infantil en escena y partuza lésbica entre bambalinas. “Cada tanto saco a pasear la mascota” dice Gisela con picardía, “es que le gustan las amiguitas, tiene algunas bastante perrunas y ella justo es de lamer mucho.”
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