Lali Espósito, ángel de boquita endiablada

Lali Espósito quiere sacudir para siempre su fama de angelito y mostrarse como la pendeja hot que vos siempre supiste que era. “Soy mujer, tengo algo que el hombre tiene y me encanta mostrarlo” dice desafiante, “me gusta sentirme sexy y estas fotos para mí marcan y antes y después, ya estoy grande!” Y para demostrar que no es la nena inocente de Casi Angeles, Lali se anima a algunas confesiones. “El galán no es el tipo de hombre que a mí me gusta, me gusta más el malo” dice la morocha de labios gruesos, “un mafioso como Don Corleone es sumamente sexy, que te dice ‘te reviento’ pero lentamente como si dijera ‘te quiero’, eso me genera un caño.” Y no sólo se tienta con la onda villano, sino también con algunas colegas. “Para comerle la boca a una famosa no hace falta ser torta” se justifica la pendeja de Parque Patricios, “hay un montón de mujeres hermosas, me gusta la belleza femenina.” Y como para borrar todo rastro de inocencia, Lali tira una fantasía sexual bien bizarra. “Tengo un fetiche donde jugamos a que me pinto de azul y lo hacemos como los pitufos” dice la ex Teen Angels, “para esa con mi metro cincuenta doy justo.”

Lali no quiere que le preguntes sobre videos porno o cuántas veces coge por día. “Acordate que soy joven” dice la ex Teen Angel, “eso lo dejo a tu criterio como dice Karina Olga.”

Dicen que los ángeles no tienen sexo, pero Lali Espósito quiere demoler ese mito. “Me llena de orgullo ser una ex Casi Angel pero ya está, me corté el pelo para terminar la etapa teenager donde tenía el pelo largo” dice con esa boquita pintada de un rojo furioso y petero, “tengo 21 años y sí, soy una nena pero ya estoy grande… así que si me estás escuchando papá, soy grande!” Y grande le dejarías todos los agujeros a esta teen angel que se muere de ganas de ser tu diablita. “Soy mujer, tengo algo que el hombre no tiene y me encanta mostrarlo” dice Lali desafiante, “me gusta mucho sentirme sexy y por eso me gustó hacer estas fotos, esta producción para mí es como un antes y después.” La nena se cansó de ser buena y confiesa una fantasía para que veas cuántas ganas tiene de portarse mal. “Es muy loco, pero sabés con quién me gustaría haber tenido un affaire tremendo?” pregunta preparando la sorpresa, “con Don Corleone… no digo que tengas que ser un mafioso, pero esa onda de malo me parece extremadamente sexy, esa cosa de mirarte y pensar antes de hablar, de decirte ‘te reviento’ pero muy lentamente como si dijera ‘te quiero’, es de una masculinidad total.” Lali quiere que la veas como una nena sexy, pero sabe que en el mercado de la carne la competencia es durísima. “No tengo nada operado” dice Lali para que aprecies la belleza de esas tetas reales y no le pidas zeppelines artificiales, “tengo todo natural, no critico a las que se operan, pero no es mi onda.” A la hora de seducir, la onda de Lali no es la obviedad de la exuberancia siliconada sino un enfoque inteligente: primero te come el coco y luego la pija. “No es que me haga la humilde, pero enfrente de otras minas tengo que llamar la atención de los hombres de otro modo” explica Lali, “tenés que conocer cuáles son tus armas y seamos honestos, yo no puedo hacerme la linda, así que desarrollé otros recursos y levanto bastante más chamuyando y haciéndote reír que con el físico.” Y quizás por eso a Lali le gusta el físico de otras nenas al punto de festejar con una torta. “Me gusta mucho la belleza femenina, la admiro. No hace falta que te diga con cuál famosa estaría si fuera torta porque hay un montón” confiesa Lali, “la belleza de una mujer no tiene comparación, pero igual prefiero a los hombres.”

Lali Espósito se tira en el piso y recuerda la vez que se la vió negra al compartir el camarote con cuatro nigerianos en un tren italiano. “Abrí la puerta del camarote y la baranda a hombres juntos me pegó como un cachetazo” recuerda Lali, “estaba oscuro y de repente se asoman cuatro negros nigerianos grandotes que nos miran, yo estaba con mi hermana que encima es muy exuberante, tiene una delantera súper importante y es hermosa de cara… no sabés lo que fue esa situación.” Lali no dice si se comió la fiesta, pero reconoce que a veces tiene ganas de comerse una torta. “Para comerle la boca a alguna no hace falta ser torta” confiesa la ex Teen Angel, “a veces que estoy mirando revistas y digo mirá qué linda mina… una vez una fan de La Plata me hizo un cartel que decía “Lali, por vos me hago torta!” fue una declaración de amor… me encanta la belleza femenina.”