Sabrina Sabrok, rubia sado con tetas récord

 Las tetas de Sabrina Sabrok son tan pero tan grandes que seguramente lo primero que pensaste es que la foto está trucada, pero esas dos tremendas sandías son reales. Bueno, tan reales como puede ser la enorme cantidad de silicona que cargan. “Me operé muchas veces y creo que conseguí mi objetivo de tener las bubis más grandes del mundo” dice la argentina radicada en México, “son mi marca registrada y las aseguré por un millón de dólares.” Pero nadie asegura que esos airbags no te exploten en la cara, así que ni se te ocurra fumar durante la turca!

“Tengo las tetas más grandes del mundo”, dice Sabrina, “y las tengo aseguradas en un millón de dólares”. A cuánto las alquilará para una turca?

Para continuar la serie de tetonas tatuadas, ahora tenés a Sabrina Sabrok, una argentina desnuda en la Playboy mexicana. Esta bestia es una especie de Luciana Salazar pero todavía más bizarra y con un par de tetas brutalmente grandes, tanto que un petiso podría hacer una turca a cuerpo entero. “Las tetas son mi marca registrada” dice la vedetonga argentina radicada en México, “no soy sólo estas tetas, pero igual por las dudas las tengo aseguradas en un millón de dólares.” Y la compañía de seguros no es la única dispuesta a poner guita por esas tetas: la rubia asegura que tiene propuestas porno todos los días. “Me ofrecieron mucho dinero de Europa y EEUU para hacer videos porno, pero les dije que no” explica la tetona, “son muchos los que me ven y suponen que soy actriz porno, pero lo mío son los shows sado en vivo.” Y como ahora hasta Paraguay exporta más carne que Argentina, Sabrina decidió colaborar con la balanza de pagos vendiendo la suya en el exterior. “Me gusta hacer tríos y traer chicas para compartir con mi hombre en cama” confiesa la conejota, “soy muy sexual y necesito estar con alguien todo el tiempo.” Y si de paso factura, mucho mejor, por eso Sabrina es de valija fácil. “Hago shows sado en muchos países, cuando viajo llevo mis látigos, cadenas, ropa de vinilo, máscaras y demás” explica la giganto-tetona, “pero te cuento algo curioso, los consoladores no me gustan tanto, los compro para usarlos con las chicas de mi show.” Es que a Sabri le gusta la carne más que el plástico. “Obvio que me gusta tocarme, pero te lo digo en crudo, no me gusta meterme consoladores de plástico, prefiero que sea lo natural de a dos.” Pero a pesar de las tetotas y apariencia porno, Sabrok dice tener un costado romántico. “Soy bisexual y hago tríos con chicas, pero siempre me enamoro de hombres. De las mujeres no me enamoro y por eso con ellas sí tengo sexo por sexo. El sexo es natural a todo el mundo le gusta y por eso todos lo practicamos!” Y como todos, Sabrina también se filma y también se filtra el video en Internet. “No me importaría que se divulgara un video íntimo mío” se ataja Sabrina quizás sabiendo que el día estaba pronto a llegar, “no hay que juzgar a la gente por su imagen, no me importa lo que opine la gente de mente cerrada, a mí nadie me detiene. Me operé y hoy tengo las bubis más grandes del mundo.”

Sabrina Sabrok se abre de gambas para Playboy México y mira como para comprobar tu sorpresa al ver lo chiquito que parece ese tajo comparado con sus gigantescas tetas. “No soy de meterme consoladores” dice como para explicar el aparente buen estado de esa empanada, “pero me gusta masturbarme y llegué a tener una sala de sadomasoquismo en mi propia casa, pero los dildos fijate que no me gustan tanto, se los regalo a mis bailarinas. Si sos mi amigo, hombre o mujer, para Navidad te mando un consolador de regalo.” Mejor sería que mandara vouchers válido por una noche a full o un show privado. “No me importaría que se divulgara un video íntimo mío porque es lo mismo que verme en un show en vivo” racionaliza la rubia, “pero si se colara un video porno mío no me importaría, para mí eso no ofende, lo obsceno es la violencia en la tapa de un diario. No soy una persona reprimida, en la cama no tengo tabúes.”