Cuando a la carita angelical de Luisana Lopilato le sumás esos terribles pechos, caés bajo el hechizo de esta lolita divina que ya va camino a ser una mujer a full. La chiquita demuestra que no hace falta ponerse en bolas para calentar a fondo.
Luisana Lopilato así como la ves, es una de las pocas argentinas que tiene legiones de fans fuera del país.
|
Si estás con estornudos frecuentes y la nariz congestionada no te preocupes que es totalmente normal: te agarró una pequeña alergia a los gatos, algo muy común si sos lector de Notiblog. Pero no solamente estamos para darte el parte de diagnóstico, sino también te presentamos la solución: unas bonitas fotos de Luisana Lopilato. Fijate que el propio nombre te lo dice sin necesidad de recurrir al latín o griego antiguo, la nena es Lui-sana y tiene propiedades curativas y viene bárbaro para arrancar con todo. Porque como bien sabe tu grupete de amigotes, este fin de año no solamente te pasaste de copas y de morfi, sino también te fuiste de mambo con los gatos y ahora tenés toda la sintomatología: le sacás por reflejo la cara a tu novia cuando te quiere dar un beso en la boca diciendo pará zarpada, la boca no, te acostumbraste a que te hagan un
pete con forro puesto y cuando salís de rotation ya no tenés ganas de hacerle el verso a ninguna mina, sino que te acercás y sin saber ni el nombre le preguntás sin más te cabe hacerme un bucal en el baño? Hay efectivo. Por eso es importante que te relajes y mires con detenimiento estas fotos de Luisana Lopilato, para que las uses como tónico sanador y puedas volver a sintonizar esa época de pureza, cuando un simple beso en la boca de tu mina era una experiencia sexual intensa, mucho más que la última turra que ataste a la cama con corbatas viejas y cuando te cansaste de darle masa la dejaste boca abajo con un consolador clavado en el orto y te fuiste al living para mirar Cartoon Network. Son todos típicos síntomas de sobredosis gatera, mucha bailarina de sábado, mucho keko y cabarulos de veinte mangos con laburantas con aliento a leche del último cliente. Así no va la cosa.
Totalmente hermosa, impecable, con un un estilo conservador (fijate sin ir mas lejos el tamaño de la bikini, cualquier abuela usa bombachas más chicas) que contrasta con el clásico gaterío vedeteril que predomina entre las famosas locales.
Es la típica pendeja divina argentina, la que te enamora de adolescente y te enferma de vicio de grande. Es Luisanita, una nenita infernal. Qué tetas!
|
Por eso entonces no podés dejarte estar, tenés que tratar urgente esos síntomas de adicción a los gatos baratos y el whisky Doble W de kiosco. La urgencia no es tanto evitar que los síntomas empeoren sino que el efecto curativo y purificador de Luisana Lopilato va disminuyendo con cada nuevo pijazo que se morfa y a este ritmo no falta mucho para que reciba de atorranta. Porque ojo que esas tetas que se puso no son exactamente las de una supuesta virgen de familia puritana protestante como indicaba la mitología de sus comienzos. Por eso tenés que apurarte para aprovechar los últimos efluvios curativos de Luisana, porque viendo las fotos es obvio que de ‘chiquitita’ le queda poco y nada. Algunos le echan la culpa a Marianito Martínez como el corruptor, pero lo cierto es que la nena está cada vez más rebelde way. Para alegría de todos los degeneraditos que tenían que fingir respeto por una menor de edad, Lui ya no es tan sana y tiene reacciones de celos que indicarían síndrome de abstinencia de la troza
(cuando Mariano Martinez la dejó, la nena no trepidó en botonear a Verónica Lozano y Luis Montero a las autoridades de Telefé porque informaron que su ex estaba ahora dándole matraca a Jésica Cirio). Sí, de locos lo de Martínez, hace de ciego en la ficción pero en la vida real los ojos le funcionan perfecto para identificar y masticarse los mejores huesos de la escena local. Si necesitás curarte de la fiebre gatera (o al menos tomarte un respiro) Luisana es la persona indicada pero queda poco tiempo: la nena se está degenerando todos los días un poco más, para enorme alegría de todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario